Diferencias

En los tiempos que corren, cuando el Estado se erige como instancia absoluta y el concepto de Pueblo sirve para todo como la aspirina, el trato a cada caso de violencia es directamente proporcional al grado de vinculación gubernamental que ostente la víctima. Así vemos el caso que plantea el amigo r1kr2 en su comentario a este blog: el asesinato de un agente policial (por demás lamentable y condenable) origina un operativo de inusual intensidad; también lo hemos visto en crímenes horrendos cometidos contra artistas, militares, políticos, etc.. allí vemos como el Estado actúa eficientemente y sus funcionarios son capaces de implantar records mundiales de velocidad en el hallazgo de responsables, su acusación y posterior condena. En el resto de los casos, es decir en el 99.9% de las muertes, se llega a las últimas consecuencias: el archivo. Se puede decir que el precio de cada vida segada se estipula por un Escalafón Estatal para el Poder Popular (EEPP) y pongámonos a pensar... ¿cuánto puede valer nuestra propia vida en nuestra calidad de simples ciudadanos ante el Estado? ¿Podremos hacer algo como sociedad para mejorar este vía crucis colectivo?
Codreano, citado por J. Tharaud en El Mensajero del Arcángel, nos hace reflexionar : " Estamos en manos de Dios. No se muere sino una vez. Ya sea en la flor de la juventud o en plena vejez, es exactamente lo mismo. La diferencia es morir como un león o como un perro rabioso."