La inconcebible cifra de homicidios registrados en los Valles del Tuy durante el pasado mes de Febrero, puso de manifiesto la cotidiana precariedad en la que nos encontramos los tuyeros en cuanto al más esencial de los Derechos Humanos: El Derecho a la vida. Se supone que ahora vivimos en un mejor país, una sociedad de iguales, una Venezuela donde la justicia cambió para siempre... Somos un bravo pueblo; tan bravo que nos hemos acostumbrado a contar los muertos por decenas como si solo se tratase de un fenómeno estadístico, un problema de máximos y mínimos o una distribución binomial cualquiera.
Los setenta y cinco muertos de Febrero tuvieron la suficiente contundencia para hacer al Alcalde del Municipio Tomás Lander declararse incompetente ante un panorama tan macabro y casi implorar por una militarización salvadora que impida a los choros seguir disfrutando de este paraíso de inseguridad situado "privilegiadamente" a pocas horas de la capital de la república. Demostró sinceridad el Alcalde Marcano al decir que la inseguridad aumentó de forma sorprendente en los últimos diez años y tiene mucha razón al proponer un trabajo mancomunado entre todos los factores que se disputan el protagonismo en este tema. Hizo lo primero: reconocer la gravedad del asunto.
La segunda parte es también muy importante y tal vez se requiera de una sinceridad mayor que la mostrada hasta ahora: reunirse con todos los entes gubernamentales sin pruritos y complejos ideológicos. Unirse en un solo plan de trabajo y no caer en tontas demarcaciones que al final jueguen a favor de la delincuencia. En estos tiempos, quizá parezca difícil desprenderse de los sectarismos sin temor a ser etiquetado de vendido o quintacolumna por decir lo menos; en este punto Marcano parece haberse anticipado... ha dicho que "no faltará quien me critique" y una vez más debo darle la razón. Es el primero de los gobernantes de Tuy, en muchos años, que entiende que es perentorio librar a nuestra región de este estado de miedo que se nos impone como un cáncer sin terapia efectiva.
Recuerdo a Julio César Marcano en mis tiempos de pérezbonaldista declamando en aquel auditorio del liceo del cual, por cierto, no queda una sombra digna de su importancia como institución pionera en todo el Tuy. Como tuyero, el ahora Alcalde debe entender facilmente que el incremento de los crímenes en estas vecindades es directamente proporcional al deterioro de instituciones como aquellas que nosotros pudimos conocer en los tiempos no tan lejanos, cuando un estudiante del Pérez Bonalde contaba con biblioteca, laboratorio e instalaciones deportivas que promovían el ascenso social... eso que ahora resulta una mala palabra: la meritocracia.
Valgan estas líneas para agradecer sus palabras ante los medios en lo tocante a la inseguridad en nombre de los que no hemos podido escapar al delito. Y siga opinando, que como decía Dionisio Bandes en sus buenos tiempos: "¡al que le pique que se eche yodo!"
Los setenta y cinco muertos de Febrero tuvieron la suficiente contundencia para hacer al Alcalde del Municipio Tomás Lander declararse incompetente ante un panorama tan macabro y casi implorar por una militarización salvadora que impida a los choros seguir disfrutando de este paraíso de inseguridad situado "privilegiadamente" a pocas horas de la capital de la república. Demostró sinceridad el Alcalde Marcano al decir que la inseguridad aumentó de forma sorprendente en los últimos diez años y tiene mucha razón al proponer un trabajo mancomunado entre todos los factores que se disputan el protagonismo en este tema. Hizo lo primero: reconocer la gravedad del asunto.
La segunda parte es también muy importante y tal vez se requiera de una sinceridad mayor que la mostrada hasta ahora: reunirse con todos los entes gubernamentales sin pruritos y complejos ideológicos. Unirse en un solo plan de trabajo y no caer en tontas demarcaciones que al final jueguen a favor de la delincuencia. En estos tiempos, quizá parezca difícil desprenderse de los sectarismos sin temor a ser etiquetado de vendido o quintacolumna por decir lo menos; en este punto Marcano parece haberse anticipado... ha dicho que "no faltará quien me critique" y una vez más debo darle la razón. Es el primero de los gobernantes de Tuy, en muchos años, que entiende que es perentorio librar a nuestra región de este estado de miedo que se nos impone como un cáncer sin terapia efectiva.
Recuerdo a Julio César Marcano en mis tiempos de pérezbonaldista declamando en aquel auditorio del liceo del cual, por cierto, no queda una sombra digna de su importancia como institución pionera en todo el Tuy. Como tuyero, el ahora Alcalde debe entender facilmente que el incremento de los crímenes en estas vecindades es directamente proporcional al deterioro de instituciones como aquellas que nosotros pudimos conocer en los tiempos no tan lejanos, cuando un estudiante del Pérez Bonalde contaba con biblioteca, laboratorio e instalaciones deportivas que promovían el ascenso social... eso que ahora resulta una mala palabra: la meritocracia.
Valgan estas líneas para agradecer sus palabras ante los medios en lo tocante a la inseguridad en nombre de los que no hemos podido escapar al delito. Y siga opinando, que como decía Dionisio Bandes en sus buenos tiempos: "¡al que le pique que se eche yodo!"
